Como a una película taquillera, como a un betseller descansado y ameno me devoré hace días el libro Negro del Psicoanálisis, casi setecientas páginas escritas por un grupete de conductistas con todo derecho aún acusados de propaganderos, de mercaderes de la mente embarullada que ellos pretenden conducir, tal vez y de acuerdo a las malas lenguas, con terapias cortoplacistas y «moneda por delante» (como dice un amigo mío). No me detengo allí para pontificar nada y todo planteo al respecto me parece casi ingenuo, porque los considerandos éticos bien se pueden quedar afuera, pienso. Se me hace que, en definitiva, «propagar» algo que tal vez se considera realmente válido no tiene por qué ser vituperable si se lo fundamenta, y el ánimo de lucro es una cuestión personal e individual, no es ideológico en sí mismo ni es necesariamente patrimonio de las tendencias. Al fin y al cabo las asociaciones psicoanalíticas también han sido históricamente un gran negocio, sus internas y sus promociones aparecen por todas partes desde que yo me acuerdo, enigmáticas y con su dogma indescifrable casualmente en nombre de las luces del progresismo. Freud no representó jamás la pulcritud moral paradigmática y a eso ni siquiera sus acólitos lo niegan.
Pero es cierto y se sabe que los maniqueos me aburren al igual que las verdades incuestionables, y los debates de un ámbito que me es ajeno transitivamente no me pertenecen, lo único que me atañe en algún punto, en alguna parte de mí es este largo momento de reciente humor y de nostalgia que paso a deberle al dichoso libro Negro.
Setecientas páginas que a la memoria me trajeron la sensación de que mi pobre pasaje por esas lides fue como la experiencia de un romance feroz, que empezó espectante y encandilado y terminó por destructivo, dando un imaginario portazo con una sonrisa urbana luego de ocho meses de terapia, ocho meses de estético oscurantismo, para dejar atrás analista y consultorio. Fué hace un par de años, cuando de esa nebulosa cada vez más confusa emergía yo cada semana en un endiosamiento ensimismado por aquel que tenía enfrente, y vagando sin rumbo coordinado entre las hipótesis de las hipótesis de las hipótesis del absurdo culposo, («¿dónde dormía tu hijo, dormías con tu hijo, qué le decías a tu hijo, qué le dabas, que hacías con tu deseo, con el deseo de tu deseo»?) pagando todas las veces para sentirme siempre un poco peor pero de manera más sofisticada, con una cierta conciencia de merecérmelo y de habérmelo comprado. Ah, cómo no recordar los silencios eternos, los gestos que de tan neutros definían, los vacíos estereotipados y armados para «buscar-el-sentido».
Me doy vuelta a ese pasado fresquísimo aún y ahí estoy yo, que me analizo como buena burguesa atormentada, y aprendo sin que nadie me lo cuente que asociar libremente se le llama a la gruesa cadena condenatoria símil masturba que previamente se establece en paradoja, libre por silenciosa imposición del Licenciado y aunque uno no quiera. Confesión con Iglesia propia, un sólo Dios verdadero que anota y no opina. No dice nada, o «dice» nada. Suele decir sin decirlo que hay un monstruo, una especie de feo enano dentro de uno mismo que murmura algo por lo bajo, algo que «vive» en el entramado de lo que digo, algo que el Licenciado solamente interpreta en su excelsa sabiduría y de lo que yo no soy dueña pero debo cargar lo mismo. Una especie de pecado original y «original»… ¿La conciencia nos hace cobardes, había dicho Hamlet?
La media sonrisa del Licenciado, esa extraña ironía inabordable que en algún punto me humilla a sabiendas y que no entiendo insinúa lo que de mí, de mi discurso «libre», inevitablemente remite al sexo en una trama oscura, y él mismo tiene siempre el gesto de haberme encontrado in fraganti. ¿Neurótica o psicótica?
-Pero si yo no me oculto – alcanzo a decir.
-Eso creés vos- me contesta – no sólo te ocultas sino que estás huyendo, no querés la cura. Y la prueba está en que me contradecís: eso se llama resistencia.
– No se trata de que contradiga, en realidad no lo hago. Pasa que no estoy de acuerdo – le vuelvo a decir.
-Sí que lo hacés – me dice – porque me cuestionás una cosa pero en el fondo estás diciendo otra, eso que está en tu insconciente. Y lo que pienses de mí no es de mí, es algo infantil, es lo que sentías por tu padre y por tu madre…y también está en vos, al colocar en tu cama a tu hijo, la necesidad de «comerlo» que constituye la de él de «ser comido».
– No tengo esa necesidad- digo de nuevo.
-Eso creés vos, claro que lo creés en tu conciencia, pero en el insconciente existe. Es que la verdad está en tus deseos.
-No lo siento de ninguna manera y el insconciente no me consta – le advierto.
-Cuando te enojás hablan por vos tus propias resistencias – me dice serenamente.
-Es ridículo – le digo entonces, agotada – no nos estamos entendiendo.
Y ahí es donde me avisa que los sesenta minutos terminaron. Que son cuarenta pesos, y que felizmente vamos bien. (?). Consigue que no pregunte adónde, y que sienta que tiene razón en todo. Porque entonces sí que me escapo, me conformo con el raro alivio de tener que irme, y en ese momento hasta lo puedo querer como a una madre.
–
03/05/2007 at 12:26
no sé… con todo respeto, vos sabrás qué hacer con ese terapeuta, pero ese diálogo suena aleccionador, invasivo, tiene una dosis de violencia y juicio que dan ganas de salir corriendo. el psicoanálisis es una herramienta más para descifrar los vericuetos de un camino que, justamente, nadie puede decir cómo recorrer.
03/05/2007 at 14:40
¿60 minutos por $ 40? Le debés guita…
03/05/2007 at 15:43
Pero mi estimado Playe, no sólo le diré que hace dos años significaban bastante más, sino que inclusive hoy, y en esta ciudad del interior, de sueldos tan bajos, la verdad es que no me parece mala plata por un rato. Mire, eso mismo me cobraba un médico especialista como mi ginecólogo, el que tenía antes, que no atendía por Obra Social. Igual, es un dato menor, yo por respeto nunca cuestiono los honorarios de nadie, si puedo lo pago y si no puedo no voy. Playe, amigo mío, ¿dónde habitás, así me mudo? yo también soy profesional, y con carrera larga y dos posgrados, y ayer me banqué a un cliente en consulta, dos horas recitándome tooooda su problemática y el Colegio de Abogados me tiene fijada una tarifa de $ 35.-por consulta. ¿Para mí no hay piedad? Yo no soy psicólogo, ni sacerdote, a estas alturas lo único que quiero es que el cliente me diga qué quiere que haga y ver si se puede. Nadie lo entiende así. La consulta nunca es menos de una hora, estate seguro. 🙂
03/05/2007 at 16:00
Sil querida, por supuesto que ese diálogo no es literal, está novelizado para el post, allí hay más bien un «rejunte» hilado de breves intercambios que hemos tenido y que recuerdo vagamente, porque sabés que en terapias como ésa el que habla es fundamentalmente el que se analiza. Pero el problema no es el Licenciado, que es realmente un tipo con una formación excelente, una persona que me merece el mejor de los conceptos, sinceramente. El problema está en el método, en el que hoy descreo absolutamente.
Lo de la «dosis de violencia y juicio», y sobre todo la culpabilización subliminal constante, también lo he sentido y me ha angustiado mucho, y recién ahora, hace muy poco, se lo pude decir a él. Pero no sé si el analista es conciente de eso (oh, no…¿dije «conciente»?)
04/05/2007 at 02:51
yo digo justo lo contrario, la herramienta es buena, y el problema, ciertos licenciados…
04/05/2007 at 03:35
Hola Silvia. Ya te lo he dicho antes, pero me vence la tentación de repetirlo a riesgo de volverve impertinente: Si caminas como escribes, apuesto que las aceras de Santa Fé se mueven cadenciosa y musicalmente al ritmo de tu paso.
Otra vez tienes mano izquierda para las coincidencias. Yo tuve justo anoche un sueño de esos que son, más que un mensaje, un tratado en cuatro tomos escrito (supuestamente) por el inconsciente. El sueño me ha dejado pensativo y me ha recordado mi época de interés por el psicoanálisis. Que no por los psicoanalistas, que nunca lograron despertar mi interés y si una mezcla de desconfianza y miedo.
Tu sabrás probablemente mejor que yo, que la terapia pasa necesariamente por esas estaciones. Transmitir la carga de afecto al analista es una etapa necesaria, adorarlo como a un padre, sujeto supuesto del saber. Luego, una vez hecho el trabajo, o precisamente para que se haga el trabajo, retirarle todo ese afecto, decepcionarse de el mismo analista, al ver que el saber, la verdad buscada estaba en uno mismo. Y como a un padre que ha jugado bien su papel, llegar a superarlo, a negarlo, darle de lado y decirle adiós. Y supongo que esto último es la anhelada cura. Todo lo que se me antoja como un volver al mismo punto donde estaba el paciente al principio, pero esta vez con su lío ya hecho palabra.
A nivel intelectual no tengo ninguna duda en la capacidad curativa del psicoanálisis, y me parece estupendo que la gente haga terapia analítica. Aún así, lo que me dicen mis vísceras es que yo nunca querré someterme a ningún sujeto supuesto del saber. Siempre fuí un poco raro. Pero si voy a ir a un analista para que él me induzca a decir lo que yo sé de mí mismo pero no me atrevo a confesármelo, prefiero reunir un poco de valor, enfrentarme conmigo mismo y decírselo a mi espejo imaginario, así me ahorro el dinero, ya de paso, que bien me viene. Pero eso es porque soy raro. «Este niño camina para atrás, como el cangrejo» solía decir mi madre.
La otra feliz coincidencia, es que te acabo de enviar un mail que hace tiempo quería enviarte, y que parece que «mis resistencias» no me dejaban. Pero lo hice, mandando a las resistencias a tomar el aire. Y justo habiéndolo terminado, entro aquí, y me encuentro tu post como un premio. Un premio por continuar en diálogo, que si bien pausado y distendido en dimensiones temporales, no por eso yo he dejado de sentir menos intenso. No me hagas mucho caso, alucinaciones mias. Pero alucinaciones que me hacen sentir bien, a esas siempre les doy la bienvenida.
04/05/2007 at 12:06
Pero el tipo ¿dice cosas como «eso se llama resistencia»; «…eso que está en tu insconciente. Y lo que pienses de mí no es de mí, es algo infantil, es lo que sentías por tu padre y por tu madre…y también está en vos, al colocar en tu cama a tu hijo, la necesidad de “comerlo” que constituye la de él de ”ser comido»;»…la verdad está en tus deseos»‘
Por más exageración de lo ficcional, suena de una pedagogía, de una retórica psi que yo huiría…
Las sesiones psicoanalíticas ¿no son de 50 minutos? Si le venís afanando 10 minutos por sesión, le debés guita. Aunque no sé; si dice cosas así…
04/05/2007 at 14:56
Ay, Tatil!!! cómo, cómo, cómo escribís así…. no tenés derecho!… yo que nunca me analicé y ni siquiera conozco a ese Licenciado, leía y estaba allí sometida al juicio de mi soberano salvador… yo que nunca simpaticé con la abuela, de pronto hace unos días tuve una charla con ella acerca de jazmines, de romance, de tiempos de tertulias… yo que no creo en casi nada, cada vez que te leo, creo en vos.
04/05/2007 at 16:35
Sil Damasca, yo creo que la herramienta es buena pero solamente para filosofar. Por eso rescato al Licenciado: en realidad y por lo que he leído desde que dejé esa terapia hasta ahora, la metodología es la correcta, pero seguramente…no es para mí.
Playerín, mirá, justamente esa «pedagogía» que mencionás era la que me parecía bien que me brindara, para paliar un poco tanto hermetismo…el problema no era su actitud pedagógica que por otra parte yo misma la requería, el problema era LO QUE me respondía, ny o porque me lo respondiera él, sino porque (lo supe después) son las respuestas que tiene la Teoría psicoanalíticaa los planteos del que se analiza (cuando el que se analiza decide hacerlos)
Ah, y ahora que me decís…¡sí, eran cincuenta minutos, no sesenta! ¡Qué alivio recordarlo, gracias a vos!
Porque si encima que me voy llena de culpas, ahora descubro que le debo plata, ahí tengo una culpa más. ¡Necesito terapia!!
Hermana querida, se nota que sos mi pariente. Yo sé que no podés ser objetiva, pero que me digas eso me levanta la moral hasta las nubes, a mí que siempre te digo que cada vez que hago un post tengo la impresión de que es el último
Jueves, claro que abrí tu mail,¡tan, pero tan linda sorpresa! y ya me zambullí en tu blog, y ya me regocijé con todo lo tremendamente interesante que encontré allí.
Y ya me emocioné además, por la honra de que me lo dediques, estoy atónita y orgullosa.
Ahora (regalo para mí también) he leído con suma avidéz lo que me comentas. Sí, decís bien, tuve la oportunidad de leer mucho sobre las etapas por la que pasa uno en relación a su analista: la admiración desmedida, luego el rechazo, etcétera. La transferencia es un tema complejo pero la contratransferencia suele ser menos peligrosa, si se quiere…Pero te aseguro que en mi caso, ha tenido que ver solamente lo primero: no es personal con mi Licenciado, a quien admiro y aprecio de verdad, y yo no llegué jamás a ninguna cura, ni siquiera la ví de cerca ni sé si había algo para curar, lo mío fué muy breve y lo que realmente me hizo retroceder es la repentina conciencia del Absurdo, el ponerme a leer a gente que me contestaba preguntas que el psicoanálisis (que se supone me debe hacer reflexionar) me negaba de ex profeso, …y eso me llevó a hacerme otras. Y otras, y otras…
El planteo máximo fue cuando leí la Historia de la Sexualidad, de Foucoult…Y me alegré de poder pensar más allá de las creencias, que todo el mundo (incluso los que psicoanalizan a otros) tiene derecho a tener.
Las propiedades curativas sencillamente no me parecen verosímiles. Ahora: como literatura, realismo mágico o literatura fantástica, baluarte mitológico, filosofía, apoyo cultural y método de instrospección, seguro que es muy respetable.
Es mi opinión, más que humilde porque yo soy simplemente un abogado.
Ah, y sin duda: tus «alucinaciones» crean lazos, yo también les doy la bienvenida. 🙂
04/05/2007 at 18:29
he pasado algunas horas haciendo terapia.
al pedo nomas.
solo para embarullarme.
asi hasta que cai en manos de una petisa psiquiatrica que con menos boludeces y mucho de sentido comun me saco a flote.
pero solo hasta ahi.
hasta que uno debe tomar algunas desiciones que solo las puede tomar uno mismo.
ahora descreo del psicoanalisis.
prefiero charlar con algun amigo o amiga.
nada mas.
ni siquiera me da por empastillarme, despues de haberme tomado todo.
es mas silvita.
por 60$ (o solo por tu simple compañia) puedo hacerte pasar una tarde (con la actividad a realizar que vos elijas) que si bien no va a borrar todos tus rollos, por lo menos te hara, (me hara) ver las cosas de manera menos tragica.
infinitos abrazos.
pd: a usted que le parece?
05/05/2007 at 04:46
En los comentarios Silvia queda muy clara tu postura frente al psi.
En mi caso nunca me analicé (si alguien piensa «bueno…asi estás también» es válido 🙂 ) pero es uno de los temas sobre el que más he leído en mi vida. En el campo intelectual y filosófico el psiconálisis creo que es un gran aporte, pero respecto de los dogmas con los que opera en su faz clínica mis dudas son muchas. Cuesta entender el salto la vacío que hace el psi de la literatura y la filosofía a la clínica, y cuando uno hurga bien adentro encuentra algo parecido a unas prescripciones de llamativa certeza basadas en un cuento. El problema es que la condición clínica les hace convertirse una teoría sobre la psiquis humana en una herramienta correctiva que debe ser tan absoluta como para permitir su adminsitración comercial como un servicio pago. A menudo está presión hace que el analista termina creyendo encontrar lo que la teoría le dice que tiene que encontrar.
En cuanto al «paciente» lo dicen los mismos analistas, alguien sin culpa o sin la posibilidad de autoflagelación no sirve como paciente, no es paciente «analizable». Si no tiene la «capacidad» de entregarse y transferir no funciona, no encaja en el modelo. Y no se duda en cometer la sencilla paradoja de culpabilizar la paciente por no asumir su culpa, por «resistirse» a reconocer su inferioridad.
Si todo es susceptible de ser desenmascarado, lo que al final queda desenmascarada es la endeblez de la propia teoría que lo sostiene. Si todo puede ser una mentira encubierta, o una imagen, o un símbolo, o una metáfora , o una metonimia, o una proyección, o una falla, el poder que se establece de un lado del mostrador es absoluto en su relatividad. No hay mentiras, porque toda mentira puede ser una verdad encubierta, y no hay verdades porque toda verdad puede ser una mentira encubierta.
Saludos y felicitaciones por el blog que te dedicaron!
06/05/2007 at 23:52
Che, qué insoportable el tipo, le tendrías que haber dicho: acá tenés los 40, pero vos me tenés que pagar 80 porque en esta sesión ejerciste un sadismo que evidentemente (ji ji) intentás ocultar y yo permití que lo sacaras a la luz.
07/05/2007 at 02:29
Ay, Vero, sos tremenda…:) La verdad, no se me había ocurrido. Yo igual te aseguro que, como dije antes, no lo culpo porque para mí no hay ( no había) verdadero sadismo: me parece que él CREIA que me estaba haciendo un bien, que así me iba a curar, siguiendo los lineamientos freudianos. Es como cuando el buen cura te dice que tenés que rezar cierta cantidad de Padres Nuestro: no te quiere joder, quiere que te salves. La purificación tiene que venir después del sufrimiento.
07/05/2007 at 18:15
Las analogías que trazás son bastante dudosas. El psicoanálisis, mirá que tiene variantes, pero que yo sepa ninguna habla de purificación a través del sufrimiento. Me parece que se te metió algo de catecismo en el medio. Tampoco el Psn busca culpabilizar a la gente, en todo caso existe la gente que se echa innumerables culpas encima, pero ello va más allá de la terapia elegida, y en todo caso la teoría psicoanalítica brinda alguna explicación (pero teoría no es praxis, de la praxis no nos va a decir nada).
Me da la impresión que de un breve análisis fallido más una lectura de un libro de por sí superficial armás una condena de la disciplina como un todo que… bueno, como crítica se cae por sí sola (nadie en su sano juicio armaría una crítica a una disciplina in toto a partir de un solo caso).
Ese analista, vos misma reconocés que está «novelizado». Hay novelas que hablan sobre el psicoanálisis, como no, pero para que alguien se tome la molestia de leerlas, imaginate que los personajes tienen que tener alguna carnadura, no ser una machietta burda. La verdad es que no me lo imagino a Hannibal Lecter ejerciendo el oficio. A veces es duro, no creas.
Mucha gente se analiza, nos analizamos. Por eso es que tu personaje resulta increíble (vos misma lo relativizaste al primer amago de cuestionamiento). Como en todo hay éxitos y fracasos. El éxito para el Psn no quiere decir «la cura». El Psn no cura, porque no busca «curar» a la gente. Cualquier modelo de «cura» implica adaptación, y el humano, en la concepción psicoanalítica, que sería muy largo desarrollar acá, es inadaptado de por sí.
No es bueno que generalices a partir de un caso, en todo caso, está el «libro negro», que generaliza a partir de muchos casos (me hace acordar al libro negro del peronismo, otro muerto que goza de espléndida salud). El resto lo hacen la ignorancia y la mala leche. Y un poco de plata de los laboratorios y publicidad, que nunca vienen mal. En Francia ya pasó sin pena ni gloria. Veamos qué pasa acá. Yo apuesto a que la gente sabe lo que es el Psicoanálisis, este no es un país de ignorantes. Y lo sabe de una de las mejores maneras en que puede saberse una disciplina escencialmente práctica: disfrutando, pelándose el culo, alternativamente (nadie nos prometió un jardín de rosas, en un diván).
Y lo del pago, bueno, nada que valga la pena es gratis. ¿O quiere que la atiendan por amor? (eso es otra cosa, discúlpeme la guarangada, estuve leyendo Pornosonetos)
Saludos.
07/05/2007 at 18:55
Carlos, vamos por partes, como dijo el destripador: Primero, no se me metió ningún catecismo, que yo me acuerde, pero no hace a la diferencia desde mi punto de vista: para mí, el psicoanálisis es una creencia, y las crencias no tienen por qué ser validadas. Yo sobre creencias no discuto. Segundo, lo que dije que está novelizado es el diálogo, no el personaje, no él en sus actitudes, no él en lo que me ha transmitido, no él en lo que alguna vez me ha dicho, en esos ocho meses…¿O de dónde cree que lo saqué, yo que soy una picapleitos que tiene un blogcito? La imaginación no me dá para tanto, vea…Cuarto, el rol de la culpa en todos los descubrimientos (para mí, «creaciones») freudianas, llámese complejo de Edipo, complejo de castración o envidia del pene (todos COMPLEJOS) y demás, Ud. como estudiante lo debe haber leído mucho más que yo…¿qué es lo primero que siente cualquier civil cuando se le dice, o se le dá a entender, «y, lo tuyo es un Edipo mal resuelto…» o «lo que pasa es que tu sentimiento está dominado por la envidia fálica»?…Acertó, Carlos: algo así como culpa. Quinto, la demagogia nunca estuvo entre mis habilidades y discúlpeme, pero sí pienso que lamentablemente (porque también es mí país) este es un país donde hay ignorantes para hacer dulce, donde, por ejemplo, Gran Hermano y Tinelli arrasan con todos los ratings televisivos, donde a Julio Cortázar en su última visita le dieron menos bola que a un turista pobre…¿qué digo?, esas son sólo anécdotas….Mejor: un país altamente sugestionable en su ignorancia supina, donde un Turco carismático fue capáz de ser elegido dos veces y robarse el 80 por ciento de la torta y seguir participando, un país en el que nuestro ser nacional mismo es paternalista, exitista, confesional en grado sumo y con un feudalismo que apesta…, cosa que lamento y no lo digo a partir del Psn. Sexto, que el PSn busca la cura no lo digo yo, lo dicen Freud y sus derivados, salvo que la expresión «cura analítica» signifique algo que no es la cura, lo cual en esta materia no me sorprendería porque nada parece querer decir lo que dice, sino algo que está debajo: o sea: «debajo de este camino en que voy en la noche de mí en el tránsito por el no saberme». Séptimo, yo en este tránsito por el no saberme, hablo de MI caso, por mi caso y a partir de mi caso: las críticas a esta disciplina, que han sido muchas (y que las he leído de autores muy serios, que pueden hablar mucho más tiempo que yo, y creo que lo cité a Foucoult) nunca se hacen a partir de casos aislados. Ud., cuando me dice «NO ES BUENO que generalices…» me esgrime un dedito dogmático que hace juego con el tema mismo. Pero mi caso es mi caso, y es de lo que yo puedo hablar sin que nadie me aleccione. La referencia que hice al colorido Libro Negro es porque me resultó divertido, me alegra haberlo leído, y le sugiero que le dé un vistazo, es un material escrito por académicos, no son precisamente plomeros-gasistas (con todo respeto a ellos) son gente que también sabe de lo que habla y que no habría que descartar con prejuicios por «el poco de plata de los laboratorios y la publicidad que nunca viene mal».
A eso de la publicidad ya me referí. No tengo la intención de alinearme detrás de un sector en un Boca-River, yo no soy psicóloga ni psiquiatra, no tengo tanta autoridad, a eso también ya me referí.
Pero así y todo, con mi poca autoridad asumida, aún así me parece injusto decirme que armo «una condena SOLAMENTE a partir de un análisis fallido y una mera lectura de un libro». Yo no subestimaría tanto al Otro, que en este caso soy yo, ¿me vé?
Porque si bien el post se estructuró a partir de esas dos cosas, le cuento que mi crítica tiene un tiempo largo, son el fruto de MIS conclusiones, y tiene masticadas, tiene desmenuzadas, tiene lecturas de todo tipo y está un poquitito más fundada de lo que Ud. piensa porque yo no soy una improvisada, sabe, Don Carlos, y no me alcanza la respuesta a un comentario para acreditárselo, en eso (y en lo de la guarangada) sí le doy la razón.
Va a tener que creer en mí. También en mí.
Saludos.
07/05/2007 at 19:54
veo en el psicoanálisis muchos dedos apuntando a la madre. que será de los otros cuatro que apuntan al padre, que generalmente no está…
pero como a Freud lo conozco nada, y los storytellers menos que menos, y como me simpatiza el empeño materno de la Beltrana; lo único que puedo decirte, con afecto y sentido común de vecina solidaria, es que uno intuye cuándo y cómo hacer ciertas cosas. tal vez tenga un motivo, una razón, un capricho.
08/05/2007 at 01:28
Yo no la subestimo. Si así fuera no me habría tomado la molestia de contestarle. Sí me parece que aparte de todo lo que lee podría leer a Freud, que lo merece, y que no escribió ningún libro denostando a nadie. Si me habla de Foucault, ¡todo lo que ese pelado toma de Freud!. Leer el capítulo 9 del nacimiento de la clínica sin ir más lejos, sus ideas sobre la vida y la muerte son las de Freud en su «Más allá». Sin contar los años de Michel en el diván lacaniano: ¿por qué habría hecho la experiencia del Psicoanálisis?. También lo que dice en Las Palabras y las Cosas, la verdad es que no sé qué Foucault habrás leído (como todo gran pensador: hay varios).
De lo que dice Ayd: dedos apuntándole a la madre. Depende. Winicott, que yo sepa, se decía psicoanalista, para tomar sólo un ejemplo, y hablaba de una madre «suficientemente buena», que sepa tanto ilusionar como desilusionar. No creo que se haya inclinado particularmente por ninguno de los dos. La madre nos da el lenguaje, la teta, es la primer representante de la cultura, ¿qué más habría que reconocer?. Si no está ahí el bebé humano sencillamente muere (no es sólo el alimento, al respecto las ideas de Spitz, psicoanalista, sobre la deprivación)
Sí que es un relato crítico, no idealiza a la familia, eso sí que no, como no lo hacía Nietzche, tampoco lo hace Freud. Y ahí es donde el psicoanálisis no es creencia ni religión. El Edipo, nada menos, nada más. Todos queremos a la vieja, pero en algún momento hay que decirle: «con vos ya fue». Es el precio que pagamos para acceder a otras familias, y en esto Sigmund no está solo. Por qué no acordarse de Levi Strauss cuando habla de la prohibición, y eso no es psicoanálisis, sabido es.
08/05/2007 at 02:24
Sólo quisiera agregar que en muchos, muchos años de análisis (no pienso decir cuántos) jamás escuché UNA sola teoría de boca de mi analista. Nunca leí a Freud, ni a Lacan, no me interesan más que desde un punto de vista histórico. No puedo esgrimir ni rebatir una sola teoría porque no tengo conocimientos, lo que sí puedo decir, con todo respeto y cariño, desde el lugar de alguien que atravesó el análisis hasta dejar las tripas, es: Silvia Sue, Tino, Clande, están equivocados. Y están equivocados porque parten justamente de un «análisis del análisis» puramente racional, y el nudo del psicoanálisis es que no opera ni desde ni hacia la razón, el análisis es palabra en tanto cuerpo, y es palabra y cuerpo como llave, no palabra como argumento o retórica. No busca «convencer», porque no hay nada más que un ser humano entregado a bucear en su propia novela. Decidirse seriamente a atravesar el análisis implica ante todo buscar un testigo, una mano idónea y humanamente empática. Insisto Silvia, en que por más que ese diálogo esté novelizado, si se colaron esos conceptos no es un buen analista. La persona que te acompañe como testigo no debe provocar nada, no debe inducir, debe ayudarte a descifrar claves de un lenguaje único e irrepetible que sos vos misma. El analista es el arqueólogo de tus fósiles, el que te ayuda a usar la herramienta para que descubras lo que siempre supiste y por esas razones de lo oscuro, perdiste. No hay creencias, porque a lo único que hay que entregarse es a sí mismo, no hay dogma, ni fe. El asunto es que no todos tienen necesidad de recurrir a esta herramienta, y eso está muy bien, hay quienes tienen el camino hacia su deseo más fluido, más llano. Y otros a quienes el dolor les obra de cárcel. Para los que hemos estado atrapados en ese sitio, el análisis ha sido una posibilidad de luz. No digo que es la única.
Tampoco es mi intención convencer a nadie, no me afecta personalmente disentir con ustedes, a veces también me río e ironizo con lo «psi», pero por gratitud hacia aquellos que trabajan por la salud, para paliar el dolor psíquico de muchos de nosotros, que trabajan convencidos, y estudian, y revisan y se entregan con pasión al psicoanálisis… como decía, por gratitud, no puedo quedarme callada. Ese libro es tendencioso, oportunista y mentiroso.
Aclaro por las dudas que no creo que vuelva a hablar de esto, porque me da igual que cada uno piense lo que quiera, sé demasiado bien cuánto le debo al análisis y con eso me basta, es sólo que me da mucha pena que se malentienda así. Además no tengo tiempo. 🙂
Saludos a todos.
08/05/2007 at 11:59
Silvia querida, ya te mandé un mail. Te leí con mucha atención. Y con mucha envidia, te lo puedo asegurar. Sos un sol.
Carlos, suelo escribir Foucault sin la «a», pero estoy hablando del mismo, claro, y ya hice alusión a la Historia de la sexualidad, donde el autor dice que el Psn y la psiquiatría tienen «pretensiones científicas», que me robé de la biblioteca de mi Colegio. Seguro que a F. le molestó, a esas alturas, la inclusión de la homosexualidad dentro de las perversiones, es denso e interminable y no está entre mis incumbencias, pero me limito a citarle parte de un artículo de Jorge Alemán al respecto, que opté por guardar….»Sin duda, la determinación final de Foucault, al incluir a Freud en la tradición psiquiátrica de Pinel y en los dispositivos de control, lo lleva necesariamente a obtener otro tipo de conclusiones. Freud, que primero para Foucault, había reanudado el diálogo con la «sinrazón», diálogo que la Psicología positivista había destruido, es presentado finalmente como un heredero de la psiquiatría del gran Encierro, que se emparenta con las figuras tradicionales de la ley, el orden, el juez, la familia, la autoridad y el castigo.» La familia, ¿Ud. dice que no? La ley del padre, la madre, la trilogía con el hijo. Yo la veo tan prístina, que ni siquiera ya le pido «raciocinio» a ciertas teorías: a estas alturas solamente les pido coherencia, un «mínimum» de lógica. Respeto eso que dice Silvia de que no se debe «analizar el análisis», pero si lo hago se debe a que es mi salud mental la que está en juego, nada más que por eso.
El psicoanálisis, que para mí es un creencia y tiene todos los ingredientes, (hasta el «confesionario» que se arma en el consultorio) según Savater (que no está entre los autores del Libro Negro) es una filosofía con presupuestos de improbable verificación. Para Borges,(que tampoco está), «literatura fantástica». Para otros, como Todorov,(ídem) una pseudociencia que no se puede refutar. ¿Todorov habrá buscado promoción, también? Y así podemos estar años, y tendría que hacer un blog pararelo nada más que para hablar de esto.
A mí, como dice la Ayd, que tengo un hijito con problemas, el psicoanálisis me señaló con el dedo: Contar cómo y hasta qué punto me resulta demasiado largo, pero sobre todo, demasiado doloroso. Me hizo saber que yo en algún punto tenía la culpa, (y que mi vieja tenía la culpa de que yo ahora tuviera la culpa) aunque no hice nada más que amarlo desde que nació. Me lo hizo saber y no necesariamente porque el terapeuta me lo DIJERA.Después de «sentir el ·dedo» lo leí a a Freud, en su Interpretación de los sueños (hasta donde soporté) y su Más alla del principio….»(hasta donde me pareció inteligible), para después darle a autores diversos que me lo pasaban en limpio, a mí, que era, ya dije, una simple letrada con ganas de saber de qué se me acusaba.
Les agradezco a todos el interés, queridos amigos, y les aseguro que aprendo mucho, pero mucho. Todos los días.
08/05/2007 at 13:56
Me encantó el mensaje de Silvia D., incluídas la idea de no querer convencer a nadie. Las palabras apenas pueden dar cuenta de una práctica. Sin embargo a veces son necesarias. Muy bueno lo del «análisis del análisis».
Probablemente, espero no resultar atrevido en lo que digo, el mejor testimonio sea una vida creativa. Eso que decís de no tener mucho tiempo. Una vida interesante, activa, creativa. Cómo no.
Uno se mete en la teoría por cierta inclinación especulativa, pero a vez está clarita la idea de que el Psn no es sino práctica. Una práctica particular, caso por caso. Una práctica apasionante que podría cambiarnos la vida.
08/05/2007 at 20:04
¡Que bueno está todo esto! Me las paso pipa aquí. Yo les agradezco también, no sólo Silvia.
Pero Silvia, por favor, si puedes reprimir el impulso cleptómano, no robes libros de la biblioteca, ni aunque los usuarios sean abogados, eso debe traer mal karma o que se yó.
Otra tontería que se me ocurre y te pregunto: Mira, ahora llenando el formulario del comentario, voy a poner la dirección de mi blog en la casilla donde pone «Sitio Web». Mi nick nunca sale como enlace, no sólo aquí sino en todos los sitios, y yo quería que lo fuese, como el de todos los demás. Si me estoy equivocando al hacerlo entonces borra mi comentario, que no quiero «dar el cante» dejando la dirección al lado del nick.
Uf, esto es lo que se llama hacer el paleto en medio de la plaza.
Un beso
08/05/2007 at 23:26
Yo me analizo hace muchos años. Me «gusta» mi analista. Es honesto,viejo y fuma en pipa. Su diván y sus escasas palabras dieron muchas veces en el blanco (o en el negro)y me ayudaron a acomodar mejor las piezas del rompecabezas/corazones que es la vida. Pero las más de las veces son sus silencios y repreguntas lo que me ayuda a pensar y a vivir mejor.
SS, salió ya hace dos años en francia el «libro blanco del psicoanalisis» de J.A.Miller. No pienso leer ni uno ni otro. Pero seguro que se viene en castellano pronto
09/05/2007 at 02:45
Dani!!! ¡Virgen Santísima!! Apareciste, por fin…Ya ví la foto de tu hija, tan fresca, tan linda y recién levantada, no tiene derecho…
Te lo digo acá, porque ando con algunas dificultades para subir comentarios donde me exigen la contraseña de blogger, no sé por qué…
Pero los leo a todos, a todos y a todas.
Sí, ya supe del libro de Miller. Yo sí pienso leerlo, también a ése. Mirá, a mí (como dije antes) me parece fantástica la técnica de la escucha, induce a la instrospección, y sin duda debe ayudar, como vos decís. Pero con igual criterio, también pienso que el Zen, o el Reiki, o los grupos de meditación cuando están bien hechos deben ser muy valiosos. Ni hablar de tomarse unos mates con una amiga sabia y querida, que sepa cómo escucharnos, y darse tiempo para hacer eso muy seguido ( no sólo cuando tenemos tiempo). El tema es cuando se hacen prescripciones taxativas o se establecen ordenadores científicos, o verdades reveladas a partir de eso. Es ahí donde me aparece la resistencia-(uh, ¿qué dije?) 🙂
09/05/2007 at 16:25
Jueves, ahí salió el enlace.
El impulso cleptómano ese que decís, en el caso citado, es un acto de Justicia.
¡Seguro que en eso coinciden todos, pillines!! 🙂
10/05/2007 at 13:42
Ufff, medio a los apurones no me quiero perder esto que se puso interesante.
Según mi modesto modo de ver la confusión por la errónea interpretación “política” de Freud y del psicoanálisis no es nueva. A lo que ajustadamente cita Silvia Sue de Foucault, se han sumado otras voces, un psicoanalista marxista en lo politico como Fromm escibió un libro precisamente para desmitificar la idea supuestamente «revolicionaria» de Freud quién fue en lo profundo un racionalista que pretendía que donde había ello hubiera yo, descubría las pasiones reprimidas pero para poder superarlas en sus efectos perturbadores de la razón, el orden y el control, y no para festejarlas en cuanto a dirección deseable de liberación humana. Deseaba ponerlas en caja y jamás hacer de ellas el punto de partida de un festejo político. Muchos creen que Freud quitó el velo de cuestiones de la sexualidad para liberarla, no, las rebeló para que pudiera poder seguir tapadas pero controlando los síntomas. Para expresarlo en una forma entre guaranga y chistosa: el objetivo del análisis era que la señora victoriana que se desmayaba porque reprimía su deseo de voltearse al vecino no se desmayara más, no que se lo volteara para sentirse mejor. Después vino todo lo otro, el relativismo extremo; no existe la cura, no existe la enfermedad, cuando me conviene existe todo y cuando no me conviene no existe nada, casi igual que la religión.
El analista no te explica ninguna teoría, pero opera todo el tiempo en base a una teoría, eso es lo que importa, como sus actos clínicos son motivados por una teoría. Inducirte a que la solución está en bucear tu propia novela eso proviene tambié de una teoría, no es cuestión de azar. Resistencia, represión, transferencia, todo eso es teoría. Si no hacés transfernecia no hay psiconálisis, y la transferencia es ponerlo en el lugar del saber al analista, hasta ponerlo en un lugar de afecto. Eso fue lo que el analista buscó porque siguió una teoría para lograrlo.
Es ya una respuesta estereotipada de los psicoanalistas cuando son apurados: se lavan las manos como Pilatos: que lo único que hacen es ayudarte a descubrirte a vos mismo, te dejan solo desde el lugar. Siempre el problema es tuyo, ellos argentinos ( de ahí que el psi tuviera tanto éxito en argentina? ), son meros guías, y son son meros guías para que el fárrago teórico que llena millones de páginas y congresos y que ellos aplican? No se entiende esta huida del pensamiento positivo que cometen cuando precisamente se critica la endeblez de sus certezas, esta excusa que pretende desligar la clínica de la teoría diciendo que corre por un lugar práctico. Si el terapeuta es psicoanalista en serio y no un chanta, opera con la teoría en la mano, por más que no le vaya a decir al paciente ”según el punto 3 del manual ahora vos has alcanzado la transferencia” obvio que eso se transmite con gran cuidado por enmascarar su aporte en tanto saber.
Creo que el psiconálisis proporcionó algunos aportes muy valiosos al pensamiento y a la psicología, el rol de los referentes de socialización primaria como la madre y el padre en la configuración simbólica, en su destete simbólico es notable. La indagación de lo inconciente, las pulsiones, etc. Freud mismo cambió de foco a lo largo de su vida, de poner énfasis en el complejo de Edipo se inclinó más hacia eros y tánatos, pulsión de vida y de muerte.
No entiendo por qué se dice que no puede hacer análisis del análisis. En tu caso Silvia entiendo que el hecho de que te hayas sentido bien con la terapia habilita una necesidad de defensa, pero no creo que esa defensa sea acertada si se pone a cuestionar a los que analizamos al análisis o decir que los argumentos de los otros son mentiras tendenciosas cuando al mismo tiempo se reconoce que no se los leyó. ¿Si no las conocés a las teorías como sabés que sus refutaciones son mentira y son tendenciosas? La teoría existe, que a vos te haya parecido que era lo menos importante del análisis es válido como experiencia tuya, como la experiencia de cualquiera, la mía podría ser por si alguna vez caigo en un diván y me hace bien, pero eso no cambia el hecho de que el psicoanálisis tiene una teoría que está hasta casi institucionalizada y que los mismos psicoanalistas se encargan de mantener con vida a través de mucha actividad de intercambio, inclusive ubicando en este punto a las supervisiones interprofesionales. Tu defensa la entiendo como respuesta emocional de alguien que sienten que le tocan algo por lo que guarda cariño y reconocimiento, pero no me cierra desde lo conceptual.
10/05/2007 at 14:23
Bueno, si equiparamos psicoanálisis con reiki y ronda de mates, estamos verdaderamente jodidos…luego vienen el feng shui, la quiromancia, el gauchito gil, la física termonuclear, lectura de borra de café…etc
10/05/2007 at 15:08
Creo, que los psicologos son buenos, sobre todo para «ayudar» a aquellas personas con problemas no orgánicos a encontrar una salida, pero el camino hacia ella lo tiene que recorrer cada quién, sino los problemas no se solucionan, así que la relación psicólogo-paciente, no debe ser de duración infinita. Es una idea tan solo.
10/05/2007 at 23:10
Playerín ¿Y por qué vamos a estar taaaan jodidos? Hay una delgada línea…Dalmiro Saenz decía el otro día en la radio que él siente que se pone cada vez más viejo y más supersticioso. «Ya no creo en las brujas -decía – ahora creo en las hechiceras, directamente» A mí me pasa al revés: la necesidad de respuestas coherentes me resulta cada vez más apremiante.
Claro, Nuris, tenés razón, pero la terapia psicoanálitica generalmente es interminable. Generalmente.
Estimado Tino, me dejás muda, evidentemente hay mucho respaldo en todo lo que decís, demás está que te diga nuevamente que reflejás todo mi pensamiento, mucho mejor que como yo lo podría decir. Atinado como siempre, diría la Vero. Y en este caso, tus análisis del análisis resisten el mayor.
11/05/2007 at 00:56
Pasa, estimada Silvia Sue, que Dalmiro Sáenz, además de ser un mal escritor, absolutamente perimido y gagá, es un pelotudo. Así que por mí, puede decir lo que quiera. Respetuosamente, se lo digo.
Lo que me confunde de usté es mezclar el venerable afán del conocimiento con cuestiones personales de la terapia. Una cosa es analizarse y otra estudiar a Lacan.
11/05/2007 at 01:33
Playerito, querido mío, con respecto a Dalmiro, me temo que tiene razón 😦 Sólo que me causó gracia lo que dijo, y lo aludí porque lo dijo él y sentí que me pasaba exactamente lo contrario.
Y con respecto a lo segundo…ah…yo digo…¿y por qué sería tan contradictorio? ¿O acaso uno no puede querer indagar en aquello que determina qué enfoque debo darle a mi cuestión personal?
¿no tenía algo que ver Lacán con mi análisis?.¿Es una especie de perjurio pretender «estudiar» aquello que supuestamente me va a «curar»? ¿Si lo estudio no funciona?
Eso es lo mismo que si Ud. me dijera «una cosa es tomar la medicación para estar mejor, y otra cosa muy distinta es andar fijándose en el prospecto»… O como decía mi abuela, cuando yo era chica y le preguntaba cosas incontestables con respecto a temas religiosos: «Niña, si quieres ser feliz como me dices, no analices, no analices»
11/05/2007 at 01:48
Suscribo, Dalmiro Sáenz es un pelotudo (y además un viejo verde desde que era joven).
Y suscribo Dos: una cosa es analizarse y otra es estudiar a Freud o a Lacan, o leerlos en el subte a la Reader’s Digest.
Otra cosa es mezclar a) con b), o a) con c), o b) con c). Todo es posible.
Otra cosa es no hacer ninguna de las dos: ni analizarse, ni leer. Lo que se opone amor(pasión, interés) no es el odio (declamar el desinterés a los cuatro vientos), sino la indiferencia (desinterés ma non troppo), eso lo sabe hasta un chico de tres. Si verdaderamente no interesa uno se queda mosca, para qué tanta alharaca.
Miren si hay variantes. Pero nos dejan de joder, una cosa así.
11/05/2007 at 02:13
En primer lugar, nadie dijo que no interese. Ya lo creo que es interesante, y por eso uno se embarca a tratar de entenderlo, y uno lo aprecia sobremanera desde el punto de vista de lo cultural, y todo lo demás. Freud era sin duda un hombre muy talentoso, nadie niega lo interesante de todo, Carlos.
Uno lo que niega ( o con todo respeto, no comparte) es la verosimilitud. Esa pavada…¿no?
En segundo lugar, yo siempre pensé que lo contrario de amor no era indiferencia, y sí el odio. Y no porque haya un sólo paso entre uno y otro, como dicen las viejas. El odio es un sentimiento, sí, que nos une con el otro en un abrazo obsceno, dijo alguien. Pero es un sentimiento negativo, y nos une en el espanto.
Salvo que las palabras «unir» y «sentimiento» sean siempre paradigmáticamente una implicancia de algo amoroso. El rechazo nos une en su furia, al rechazar-nos.
He sentido un genuino odio (fundado) hacia cierta persona a la que tal vez había querido antes. Y nunca me atrevía a decirlo, por el esperado comentario «Ah, pero entonces es porque todavía… » Pero mi desprecio (no resentimiento, desprecio verdadero) era cierto y filoso como un cuchillo. Pero es como que nadie concibe que se pueda odiar habiendo existido un sentimiento de naturaleza contraria. Pareciera ser algo repulsivo en sí mismo. Pareciera ser que está decretado que hay gente que uno NO PUEDE odiar, y es la gente que quiso antes. Porque entonces el odio «significa» indefectiblemente que hay amor todavía. Los demás declaran siempre eso, invariablemente. Hay que fingir indiferencia entonces, para que a uno le crean, o para que los demás no saquen conclusiones taxativas. O callarse.
11/05/2007 at 02:56
Hargén: no hice una defensa porque me tocaran nada entrañable, eso es una descalificación. Dije lo que pensaba desde el lugar de la experiencia que nunca te van a dar chiquicientos mil libros que leas sobre el psicoanálisis. No entendiste lo que dije, pero no importa.
El reiki está muy bueno, y la aromaterapia también, te armoniza te energiza te hace vibrar todo
hic
11/05/2007 at 03:41
Bue, eso que lo contrario del amor no es el odio sino la indiferencia es filosofía de Corin Tellado y Petrona C de Gandulfo, con todo respeto y EMHO, no me comvence.
La indiferencia es indiferencia, no hay relación en todo caso, hay una tentativa. La indiferencia es lo contrario del interés, son categorías planteadas a partir de una tendencia respecto de un conocimiento interactivo incipiente, reacciones en primera instancia de algo que no se ha profundizado.
Amor y odio son los contrarios que corresponden, inmersos en una estructura de relación establecida, para que haya odio u amor debe haber un nivel significativo de relación, de compenetración, sea éste en corto o largo plazo ( hay amores o odios viscerales que se disparan en poco tiempo y hablan de una relación que logra hacerse profunda de esa manera )
Sin ese nivel de relación no hay amor ni odio.
Por eso se da que se puede odiar a quien se ha querido antes, son respuestas a un mismo nivel de «involucramiento»
Y eso de que «lo odia pero en el fondo eso quiere decir que sigue enganchada, que lo quiere» es una vulgaridad psicoanaliticoide.
Bueno, espero que nadie me odie por estos comments ;-))
11/05/2007 at 10:46
Sil, sí que es buena la aromaterapia, y hay algo a lo que no hay con qué darle que es la reflexología. Hace mucho bien, en serio que sí.
¿Ese «hic» es un efluvio alcohólico, estás haciendo alguna terapia hedonista cervezil? 🙂
Tinillo, así es la vida. Yo, la verdad, suponía que esa teoría del amor y el odio como los verdaderamente opuestos, era solamente mía. A una no la dejan ser original, che.
Por lo demás, y siguiendo el otro criterio que es el que está más instalado, quedate tranquilo que el que te odia por esos coments, seguro que en el fondo no puede vivir sin vos.
11/05/2007 at 11:57
Tino:
Y bueno, si hubieras leído dos líneas de Freud, sabrías la diferencia entre él y Corin Tellado. Si no la sabés, o no la querés saber, es problema tuyo. Para Freud el odio es anterior al amor, leer «Pulsiones y destinos de pulsión», pero no en el subte porque (te compadezco, hermano) se te va a hacer más quilombo del que ya tenés.
Alguien que dice lo siguiente, para tomar sólo una punta: «Freud mismo cambió de foco a lo largo de su vida, de poner énfasis en el complejo de Edipo se inclinó más hacia eros y tánatos, pulsión de vida y de muerte».
Alguien que dice eso o tiene mucha mala leche o es un burro. Con una afirmación así desaprobás el primer examen del CBC y no exagero. Preguntale a algún otro a ver qué te dice sobre semejante afirmación.
En todo caso podrías decir que a partir de 1920, con su «Más allá…», introduce una nueva forma de pensar lo pulsional: en vez de hablar exclusivamente de pulsiones de autoconservación y sexuales, como venía hablando, comienza a dar importancia a una nueva dualidad, pulsiones de muerte, desorganizadoras, y de vida, asociadas a Eros, totalizantes.
¿Qué tiene eso que ver con el Edipo, al que, por el contrario, fue dando más y más importancia, al punto que muchos hoy lo señalan como la piedra angular del Psn?
La lectura de Freud es difícil, es productivo hacerla en forma ordenada y teniendo en cuenta con quien dialogaba en cada momento de su desarrollo. No es para improvisados, lo lamento.
En cada párrafo de tus comentarios hay una burrada conceptual por el estilo. Si nunca te analizaste, si nunca leíste dos líneas de Freud, si no podés hacer más que citar lugares comunes. ¿Por qué no hablás de otra cosa, en la cual lo improvisado se note un poco menos?
Me doy por vencido. Sigan complaciédose con el Reiki, las flores de Bach y el Libro Negro. Todo es lo mismo, en la posmodernidad que nos toca. Leer en el subte, hablar por boca de ganso, sin la más mínima seriedad o aproximación.
Es por eso que sacan ese libro tan mediocre, porque saben que a algunos, gato por liebre, se lo van a poder «vender». Pero, repito, este no es un país de ignorantes o de personas que se complazcan con la ignorancia y el oscurantismo; esa es la apuesta que hacemos todos los días y la vamos a seguir haciendo. Es la única apuesta que nos saca de cierta infancia, que no tiene nada que ver con la cronología, con la edad que canta el DNI.
11/05/2007 at 13:35
Carlos, humildemente y al margen de las diferencias de criterio, la pregunta que me hago, que habría que «analizar», (ya que estamos), y que le hago a Ud. es:
SI ES NECESARIO, dado el afecto supuestamente existente, la consideración que todos nos debemos y «la edad que canta el DNI», decirle tan agresivamente a alguien que expone su pensamiento como lo hacemos todos, (pensamiento con el que podemos coincidir o no, que para eso estamos), decirle, entre otras cosillas en tono bien desagradable, que es un BURRO y que en cada párrafo que escribe hay una BURRADA conceptual«.
No me parece, disculpe. No es mi estilo, ni el estilo de mi espacio.
Usted en el suyo haga lo que quiera.
Ah, y entre los «algunos» que tuvimos, comprando gato por liebre, (así de estúpidos somos)inmersos en «la pos modernidad que nos toca», la imperdonable incultura de leer un libro sobre el que Ud. tiene un prejuicioso veredicto sin haberlo ni siquiera olido, estoy yo.
Gracias y buenos días.
11/05/2007 at 17:30
Silvia Dabul: ¿Por qué lo tomás como una descalificación? Disculpame si te sonó asi pero no se trató de eso para nada. Arriesgué una razón posible que te impulse a sostener una idea, pero de ningún modo para mi es peyorativo. Vos señalaste que estábamos equivocados, yo hice lo mismo con vos. No objeto que desde el lugar de la experiencia de haber sido paciente de psicoanálisis se pueda opinar sobre él, es válido, lo que señalé es una objeción a las afirmaciones sobre que era una equivocación analizar la teoría. No invalido lo que decis vos, solo digo que la teoría es inseparable de la práctica analitica. Y si objetamos o rechazamos una refutación o crítica teorica, la crítica del libro negro por ejemplo, debiéramos conocer la teoría original para evaluar si está bien o está mal refutada. Por otro lado supongo porque no lo lei al libro negro, que debe criticar al psi de modo integral, como teoría y como práctica. Sería necesario por ahí profundizar en eso.
11/05/2007 at 17:40
Silvia S
«Por lo demás, y siguiendo el otro criterio que es el que está más instalado, quedate tranquilo que el que te odia por esos coments, seguro que en el fondo no puede vivir sin vos»
A eso iba Silvia S, a eso iba, también vale para que el que dice que sos un burro, en el fondo piensa todo lo contrario, lo que pasa es que lo reprime.
Por lo que escriben algunos parecen que leyeron a Freud en el baño, ni siquiera en el subte, ah y como es leer en el subte che? Como nunca vivi en Bs As no viajé en subte más que alguna vez cuando voy de viista, asi que nunca pude leer ahi.
Carlos
1- Lo de odio y amor es una idea personal mía, no una interpretación de la postura de Feud en ese tema, asi que no viene al caso que se lo refute con una supuesta interpretación de lo señalado pro Freud al respecto.
2.Te calentás porque yo usé un ironía con algo de humor y decís que por escribir una línea o tengo mala leche o soy burro. Luego te ocupás de descalificarme intelectualmente de diversas formas, ahá, bastante para un comment.
¿¿Suponés que yo tuve mala leche por escribir una frase como esa??
Sobre mis calificaciones para hablar del tema me basta con informarte que he leído mucho, que he charlado mucho con mucha gente experta, profesionales universitarios con con pilas de cursos de grado y posgrado hechos en psicoanálisis y experiencia clínica inclusive, tengo amigos muy cercanos profesionales del tema. Y si bien mis interpretaciones no son del todo compartidas por la mayoría de ellos nunca me calificó de burro. A si que vos creés que soy burro, ningún problema , viniendo de vos es casi un alivio.
¿Usás esa frase mía para someterme a examen? Corre por tu cuenta que lo hagas pero creo que es un acto de incoherencia y de mala leche, además de no conducir a nada en el debate. Cualquiera sabe que esto lo escribo dentro del contexto de un comment apurado, y por otra parte era tan solo una referencia lateral, al pasar para ilustrar muy por arriba sobre cierta transformación en el pensamiento de Freud respecto de las pulsiones, no es una definición del tema, y menos estamos ante un examen del cbc. No estamos rindiendo examen ante nadie, las cosas que escribimos están dentro de este espacio de intercambio, opinamos, afirmamos, objetamos, criticamos, a mi me parecía fuera de lugar realizar una cosas asi de textos tuyos, o de las Silvias. Todo esto que hacés me parece una chicana de mala leche, lo mío de Corin Tellado fue una ironía con humor, si te calentaste lo lamento.
Después vos escribis:
“En todo caso podrías decir que a partir de 1920, con su “Más allá…”, introduce una nueva forma de pensar lo pulsional: en vez de hablar exclusivamente de pulsiones de autoconservación y sexuales, como venía hablando, comienza a dar importancia a una nueva dualidad, pulsiones de muerte, desorganizadoras, y de vida, asociadas a Eros, totalizantes”
Asombroso.Es más o menos lo que dije yo, en otro contexto como ya te dije y con una más pulida ( tampoco mucho ) redacción, como ya te dije. Se podría decir de 100 formas diferentes, ¿querés que te escriba una monografía?
En su primera formulación, más o menos entre 1905- 1914, Freud habla de pulsiones sexuales contrapuestas a las pulsiones de autoconservación. La libido y las pulsiones de autoconservación se designa como interés. A partir de 1910 Freud introduce la noción de pulsiones del Yo, igualándolas a las pulsiones de autoconservación. a partir de » Más allá del Principio del Placer » de 1920 y algunas obras siguientes llega a lo que muchos consideran una tercera y última “versión” de la teoría de las pulsiones, la pulsión de muerte o Tánatos, en oposición a la pulsión de vida o Eros, representa la tendencia fundamental de todo ser viviente a regresar al estado inorgánico desde donde emergió, a través de la reducción completa de las tensiones. Hasta ahí el dualismo pulsional estaba constituido por las pulsiones sexuales y las pulsiones yoicas o de autoconservación, si bien existieron menciones de Freud a fenómenos ligados a las tendencias agresivas o destructivas.
Una interpretación posible de esto sostenida por muchos autores es que Freud a través de su experiencia clínica y sus reflexiones influidas por los acontecimientos sociales con los horrores de la 1ra guerra mundial ( hay pruebas de ello ) relativiza o pone en un segundo plano la importancia del complejo de Edipo en el juego pulsional que sostiene al ser humano. Y a nadie le dijeron Burro por esto, Burro es el que no sabe discernir entre una transcripción textual de pensamientos y posibles interpretaciones sobre él. Este tema de la pulsión de muerte es uno de los más controversiales dento del psicoanálisis, algunos consideraron que no afectaba la consideración central del Edipo, otros que si. Pero a vos Carlos, ejemplo de mala leche y estrechez mental, andá sabiendo que no te da para ponerte en el lugar del Saber, se nota que tocás de oído por más que estudies en una facultad, recitás la ortodoxia freudiana sin la más mínima mirada propia. Contesto esto para cumplir con un mínimo de respuesta necesaria, pero no me interesa ya más ningún diálogo con vos.
11/05/2007 at 17:42
No lo conozco a Carlos, y coincido con él en casi todo, sobre todo, en lo que dice sobre que a Freud hay que leerlo muy cuidadosamente.
Pero también veo que es muy soberbio y sobrador para hacerse escuchar, si él se analiza y destrata así a los que lo contrarían, flaco favor le hace al psicoanálisis. Ni que hablar si encima lo hace en un blog ajeno, todo pasa por la buena educación que no te la garantiza ningún libro, negro, blanco o colorado.
11/05/2007 at 18:26
Gitana, nadie pretende ser ejemplo de nada.
Sólo dije lo que pienso, eso no es soberbia ni sobrar a nadie, para mí no todos los temas se pueden tratar con la misma liviandad. Quise decir lo mío, de la manera que me pareció apropiada que puede no ser apropiada para las costumbres de otros.
Este es un blog con moderación de comentarios, si la autora considera que algún comentario no se ajusta a la etiqueta de su sitio puede disponer o no su publicación, eso lo sabemos todos lo que comentamos acá.
Por lo demás somos todos grandecitos, cada uno se hace responsable de las consecuencias de sus dichos y sus actos, en la justa medida en que eso es cierto en el mundillo de los blogs.
11/05/2007 at 19:34
Es cierto que este blog tiene moderación de comentarios, y que puedo disponer lo que se publica y lo que no.
Casi todos los que por aquí pasan, recuerdan por qué, muy a mi pesar, hube de colocar la bendita moderación, que por cierto es una tranquera que a mí tampoco me gusta. Siempre (salvo aquello que es muy soez, y que de hecho algún desubicado me deja a veces) siempre trato de subir todo lo que recibo, aunque no se ajusten a mi etiqueta porque tengo la mente abierta y auspiciosa. O sea: el que no obra bien es el que denosta o insulta, no yo porque no le borro lo que dice. Porque al final, lo único que falta es que ahora, y ya que hablamos tanto de la célebre culpa, la culpa termine siendo mía por subir los coments de todos.
Lo ideal sería que sin que se reprima a nadie, mínimamente se respeten las formas tácitamente consensuadas, esto es: aunque los temas no sean «livianos», tengamos el buen gusto de debatir siendo amables, y desde la confianza y el humor, si eso fuera posible. Si no, no sirve.
Eso era todo.
11/05/2007 at 21:32
Víctima de los hackers, víctima de los psicoanalistas… ¿víctima de quién más?
«Obra bien», ¿ve que se me quedó en el catecismo? Nadie «obra bien» u «obra mal», por «denostar» o «insultar». Son estilos. En todo caso la comparación o analogía era un insulto para el pobre burro.
¿Usted oyó hablar de los griegos?¿Oyó hablar alguna vez de lo agonístico?¿Tiene noticias de que existe un mundo precristiano y de que hay gente que pensamos que cristo fue un cristiano más? No me venga con moralina. Deje pensar, deje decir ideas, deje desarrollar estilos sin que parezca que está haciendo una enorme concesión frente al que «obra mal».
Para mí obrar mal es tergiversar una de las cosas que más quiero y que más me gustan y encima hacerlo gratuitamente en nombre de una ideología, la del libro negro, que es de cuarta. ¿Ve? Eso un burro no lo hace, porque no tiene ideología.
Es el pobre animal (me refiero al cuadrúpedo) el que se debiera ofender.
11/05/2007 at 22:49
Bueno, Carlos, pienso como vos en muchas cosas, pero ahora creo que cometés un error. Hargén nunca dijo que decía todo lo que decía en nombre de ninguna ideología, más bien me parece que trató de explicar su parecer, dijo clarito que a ese libro no lo leyó. Que critique cosas que a vos y a mí nos gustan y queremos es un problema nuestro, no de él. No comparto lo que él dice, pero no por eso considero que tiene mala leche y no me parece burro. Y perdoname pero vos en un comentario a Sue también le dijiste que «hacía mal», en generalizar.
Así que de lo que está bien y de lo que está mal se ocuparon parejo, pero hay cosas que están mal y no hay vueltas que darle, porque el blog es de ella, hay que respetar los sitios ajenos, y sí estuviste agresivo,esa es la verdad, lo de los estilos me parece un pretexto que no cierra.
11/05/2007 at 22:59
y bueno, si a usted le parece… es su parecer.
Pero pretextos, pre-textos, no hay. Sólo hay textos, no pretextos. Y si el blog es «de» ella, no sé qué hacemos acá.
11/05/2007 at 23:11
Yo decía de pretextar argumentando que es un estilo, cuando se ha sido agresivo, entonces si no te va lo del pretexto ponele el término excusa. El blog es de ella, seguro. Le debe llevar su laburo hacerlo, no sé, yo no tengo blog justamente por eso. Preguntás qué hacemos acá, la respuesta es solamente tuya. Yo vine porque quise, vos tendrás tus motivos.
12/05/2007 at 00:06
Lo de agresivo corre por cuenta tuya, ya dije que el pobre burro no merecía tanto.
12/05/2007 at 11:05
¿Cómo empezó este quilombo? Ah..sí. A mí me parece que un buen analista no debería decir lo que dice el de Silvia Sue. Es una opinión personal. Y me parecen absolutamente pedorras y poco serias todas las teorías yanquis reflexológicas, gestálticas,conductistas, etc etc. que caben en sus estrechas mentes evangélicas.
Ahora bien, si a uno individualmente le hace bien el reiki, la hechicera o la porongoterapia, adelante. Los pobres no tienen como opciones el psicoanálisis ni siquiera la halopatía. No me meto en ese tipo de elecciones personales. Pero de ahí a construir un discurso teórico atendible, hay una distancia. Y criticar el discurso psicoanalítico entraña, al menos para considerar seriamente esa crítica, una batería de conocimientos pluridisciplinarios vasta y fundada. Noto habitualmente que las críticas a Freud o a Lacan son de una superficialidad que descalifica a la mayoría de los emisores.
El libro negro citado no es más que un negocio editorial, algo que no puede tomarse seriamente, una tontería, una chantada.
En este sentido creo que la terapia no habilita a hacer teoría. No se trata de leer un prospecto, lo que nos remitiría a una causalidad elemental. Hay que invertir años de estudio y confrontación teórica para arriesgar un juicio. Otra cosa es la opinión pedestre de comentarista de TV. En estos casos, prefiero al doctor Cahe.
12/05/2007 at 13:23
Playerito, sos, como siempre, prudente, respetuoso y no por eso menos lúcido a la hora de hacer valer tu posición, y te voy a contestar: lo que decís tiene sentido, pero te aclaro que esto no empezó (ya lo dije Cien Veces) como una reivindicación a las teorías esas que vos nombrás. La crítica al enfoque psicoanalítico no implica necesariamente el levantar las banderas de las propuestas sistémicas, transpersonales, gestáticas y etc, que sinceramente, apenas tengo en claro someramente de qué se tratan. La crítica es la crítica libre, libérrima, con lo aprendido y sospechado, con lo reflexionado a partir de nuestra experiencia y herramientas, aún sin ser un erudito en la temática, para inclusive, a partir de ella poder aprender un poco más.
Por ejemplo, fijate que acá, y en muchísimos blogs, se hacen críticas literarias y cinéfilas de lo más agudas y respetables, y no todos somos Profesores de Letras o egresados de un Instituto de Cine. Yo simplemente me atreví a decir que había leído un libro divertido que hace una crítica al Psn, que me pareció llevadero y dinámico, escrito por un grupo de psicólogos conductistas. Eso es como haber leído una linda nota que salió en el Para Ti,(puede salir en el Para Tí y haberla escrito alguien escuchable, esos fenómenos a veces se dan) pero parece que si lo cuento, ya el decir que salió en «Para Tí» hace que me salten los intelectuales al cuello, así de encaramados en la cumbre estamos. Yo, te cuento, no soy la lumbre de los grandes sabios, pero no soy una advenediza en temas que no incumben a mi profesión, soy una persona con una formación amplia, con lectura acumulada y digerida, y esa formación me dá la posibilidad de opinar desde la cultura adquirida y el sentido común construído a partir de ella, aún sin tener esa «batería de conocimientos»…que sí la tienen otro autores que también he leído, y que hacen una crítica a Psn que no me parece para nada superficial, me parece que guarda una lógica atendible. Ahí podés encontrar, sin duda, eso que vos querés, «años de estudio y confrontación teórica», pero esas referencias que también he citado, tampoco son válidas al parecer.
El Libro Negro es anecdótico y me sirvió para empezar a hablar, yo lo que me pregunto es, ya que despierta tanto nervio… ¿alguien lo ha leído? ¿Aún cuando más no fuera un par de páginas? ¿Alguien puede despojarse de los fundadísimos prejuicios ideológicos aunque sea para mirar?
¿Y para poder decirme, por ejemplo: «pero, Sue, como lo podés ver divertido, fijate el disparate que dice en el primer capítulo», que no pude pasar de ahí?»
Nadie.
Propaganda o no, yanquis o marxistas, y más allá de toda teoría conspirativa, del tipo «yo a esa mierda no la leo porque está toooda organizada por esas mentes evangélicas», yo lo leí, y los que lo escribieron tienen más argumentos que yo a la hora de las preguntas.
¿Por qué nadie puede pararse a contradecir ESO?
14/05/2007 at 12:39
Si para comentarle a los amigos: «mirá, este tipo al que le pago para ayudarme y ante quien desnudo mi vida, siento que no me hace bien, que no nos estamos entendiendo» debemos primero tener atribuida la autoridad que sólo nos dan los años de estudio e investigación realizados sobre el tema, y haber leído TODOS los libros de Freud, Focault, Lacan y las opiniones de sus críticos, amén de contraponer libros negros y blancos -que no hemos leído porque son de cuarta-, entonces NADIE debería comentar NADA con NADIE acerca de NINGÚN tema. Esto parece más una guerra de literatura tragada, a ver quién tragó más.
Creo firmemente que bien se puede comparar el psicoanálisis con la religión, el reiki, o la aromaterapia, en función de lo que te deja, de lo que consigue, en definitiva, si » te hace bien». (¿o no es eso lo que importa?).
Y creo que todo este «análisis del análisis» surge de la necesidad -la sed- permanente que tiene mi abogada hermana de hacer justicia, o de ser justa… No porque sea «víctima de algo» sino porque en lugar de mandar a la mierda de una vez por todas al Licenciado que «no le sirve» y a otra cosa, lo respeta, lo analiza, al punto de leerse todo lo posible y ponerse en duda ella misma, antes que ser injusta.
15/05/2007 at 17:44
Puchi, hermana mía, tu subjetividad me emociona y no soy tan excelente, claro que no, (ya quisiera yo…) pero sí es cierto que me he bancado que se pongan en tela de juicio letradías, que se opine enarbolando las teorías más descabelladas en temáticas que a mí me eran familiares y archisabidas… Porque el debate apasiona, enriquece y crea. Sin embargo nunca mandé a estudiar a nadie.
Pero si la victimización es especulación, la cautela es la virtud de los más sabios. Y todo tiene un límite.
23/10/2008 at 00:13
Durante la cursada de Psicoanalítica II,III o IV..allá por la década del 70, mientras la ayudante trataba de explicarnos la diferencia fálica entre un orgásmo clitoridiano o vaginal…en medio de esa interesante disquisición ..un alumno levantó su mano para hacer una pregunta.
Este señor era ingeniero y estaba haciendo su segunda carrera. Preguntó que por que se habla de la «envidia del pene» , cuando tambien se podria pensar que el hombre puede envidiar la capacidad de llevar un hijo en las entrañas que tiene la mujer..
Se imaginan..se lo querian comer crudo. Solo un ingeniero podria atreverse a cuestionar el sagrado libro de Freud ..No recuerdo haber escuchado una respuesta coherente. No se discute la envidia del pene porque seria discutir el complejo de Edipo..
Despues de recibirme y ver la insatisfaccion de los pacientes (no mios)en los consultorios psicoanalíticos, me dije que tiene que existir algo más útil que decirle a alguien como interpretacion de un sueño «porque las trenzas simbolizan el pene». Que no se puede decirle a una madre «no abrace mucho a su hijo por el complejo de Edipo, vio»
Los únicos que nos bancábamos esas interpretaciones eramos los que habiamos estudiado a Frued. Porque tenia que ser asi y porque por algo el pobre hombre escribió tanto y si no estabamos al servicio de la resistencia.
Pero fueron precisamente los que no sabian tanto de la teoria los que se atrevieron a cuestionar las bases y la pràctica. Fue Doña Rosa que penso desde el sentido comun, que estar acostada sin verle la cara al psicólogo y que este no hablara por media hora…y que irse con la sensación de «y esto para qué me sirve» era mucho más creible que todo lo que habia escuchado.
El psicoanalisis creado en la época Victoriana, es una teoria machista y falocentrica que hace agua desde hace mucho tiempo. Es por eso que los que enarbolan su bandera necesitan descalificar las otras teorias tildandolas de espejitos de colores o de burradas.
Solo una teoria machista puede descalificar la figura de la mujer haciendo que el mundo crea que su inseguridad es porque no tiene pene y por eso vale menos. Y que buscando tener un hijo simbolicamente reemplaza este deseo.(los chinos las mataban directamente al nacer si era primogenita)
Virgina Satir, eximia terapeuta americana, decia NADIE PUEDE DECIR QUE UN TORNILLO SEA MAS IMPORTANTE QUE UNA TUERCA.
Pero esto viene de muuucho tiempo atras, casi de cuando a Eva la sacaron de una costilla de Adan (el que inventó eso tambien era machista).
Despues de 30 años de ejercer la profesion ininterrumpidamente, de leer todo lo que esta a mi alcance en cuanto a teorias psicológicas, llego a darme cuenta…en conclusión que..
EL INGENIERO TENIA RAZÓN!!!
Silvia Susana…vos tambien tenias razón!! creete un poco más.
Besos..
Tu socia
29/11/2008 at 00:55
Ingresé ayer a la mañana en este blog efectuando un rastreo acerca de la información publicada en la Web en la Argentina sobre TGD. Por su título, que creí vinculado con tal temática, entré en este post. Sería mucho lo que podría apuntar a su respecto, pero por respeto al estilo y espacio de los coments, me limito a efectuar, a modo de aporte, algunas observaciones básicas.
Creo que, más allá de algunas trivialidades, ciertos dichos aquí vertidos (algunos dados por personas con cierto grado de lectura, o de cultura general, pero ajenos a la práctica clínica) importan desmercer (no me atrevo a decir desconocer) la fecunda labor psicoanalítica en Salud Mental, individual y sobre todo social, que le debemos a psicoanalistas tales como Aurora Pérez, Eva Giberti, Luis Chiozza, Silvia Bleichmar, Rodolfo Rodulfo y Enrique Safocarda, sólo por nombrar a algunos psicoanalistas argentinos contemporáneos. Cuyos aportes y logros no pertenecen a alguna «literatura fantástica» ni son propios de especulaciones filosóficas bizantinas, sino a una realidad validada y de dominio público.
El llamado «Libro negro del psicoanálisis», aparecido en Francia en el año 2005 (www.rosak.com.ar/articulos/libro negro.htm)tuvo una motivación político-estratégica puntual: la aprobación por el Parlamento francés en octubre de 2003 de la «enmienda Accoyer», mediante la cual se pretendía una estrategia de evaluación de las prácticas psicoterapéuticas a nivel europeo: un dislate que recibió la crítica de Jacques-Alain Miller en «Le Monde» del 30/10/03 (psiconet.com/foros/psa-estado/jam1.htm). Y que favorecía a los practicantes de las discutibles terapias cognitivo-conductales (www.elp-sedemadrid.org/PAGES/santiagoc.htm)y a la poderosa industria farmacéutica (www.elpsitio.com.ar/Noticias/NoticiaMuestra.asp?id=1669). En tanto que el denominado «Libro blanco del psicoanálisis (2006) (www.elp-sedemadrid.org/PAGES/miriamchome.htm) recoge precisamente una serie de documentos relacionados con ese debate sobre la regulación del mundo «psi», lo cual contó con suficiente difusión periodística (www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-2533-2005-09-25.htm). Para que un post y sus coments puedan gozar de un cierto grado de objetividad, creo que estos datos no pueden pasar desapercibidos,
Frewu tuvo errores (p.e., en materia de abuso sexual infantil: incesto paterno-filial), pero, independientemente de que uno esté de acuerdo o no con todo o parte de sus teorías (bien studiadas, para no caer en la improvisación), parece difícil negar que su mensaje siempre fue poco placentero, dado que investigó las zonas más oscuras de la psique humana y vino a romper con la moralina victoriana con sus «Tres ensayos sobre una teoría sexual», por lo cual fue (y sigue siendo) rechazado. Resultándome además llamativa la queja de que los psicoanalistas cobremos por nuestra labor, y recordando que Freud bregó por poner al psicoanálisis al alcance de todos en los hospitales (1918), admitiendo además la procedencia de otras psicoterapias (1904), y en más de un caso, por él debidamente documentado, consideando acertadamente que varios pacientes que le fueron derivados no requerían de psicoanálisis, sino de determinados tratamientos médicos comunes, con los cuales efectivamente sanaron. Una muestra de honradez por la que creo que se le debe un mayor respeto.
Como dice Graciela Avram: «el psicoanálisis cura. No cura la estupidez, ni tantos otros tantos males. No cura el hambre ni la pobreza, pero cura aquellos que en particular ya reconocen un sufrimiento mental, cuando se dirigen a un psicoanalista. Tengamos en cuenta que la buena voluntad del médico no bastaría para curar a un enfermo que no tomase los antibióticos recetados».
A lo que puede acotarse que el «Libro negro…» es un buen entretenimiento para quienes no han estudiado nada de psicoanálisis (leer o informarse no es estudiar, lo cual requiere de dedicación y actualización constante). Peca del rigor que denuncia, en todos los sentidos. La obra es un gran recopilatorio de todas las acusaciones dirigidas a Freud durante décadas. Los problemas fundamentales del psicoanálisis permanecen intocados en esta obra, lo cual no es de extrañar, teniendo en cuenta que el reaccionario escepticismo de sus autores les ha impedido profundizar en la teoría psicoanalítica más allá de lo anecdótico. En definitiva, un libro lleno de lecturas fragmentarias, reproches antiguos, tendencioso y tendente al reduccionismo más salvaje y problematización pobre. Perfecto para quienes ya «sabían» que «eso» del psicoanálisis era pura cháchara.
Gracias.
Alicia S. Rubinstein
29/11/2008 at 22:25
Sra Alicia: Si más allá de todos esos interesantísimos datos linkeados que pone en su comentario, Ud releyera fudamentalmente cómo empezó este debate, se daría cuenta de que NADIE está DESMERECIENDO a nadie. De que cada uno intenta decir lo que piensa, y de que la opinión sobre una película no es solamente para los expertos en cine ¿no?.Yo no estoy de acuerdo, por dar un ejemplo cualquiera, con el revisionismo histórico, pero no dudo de los muy excelsos, sabios e inteligentíismos aportes que han hecho muchos prestigiosos investigadores enrolados en esa corriente a la decodificación de nuestro pasado.
Lo que me cuesta entender es la imposibilidad de evitar el reproche intelectual y la cierta «sornita» consecuente: a Freud, hay que buscarle «una muestra de honradez por la que se le debe mayor respeto». ese respeto no le fue negado en ningún comentario simplemente por no enrolarse en sus tesituras, pero esa honradez, le recuerdo, fue puesta en duda por muchos de sus congéneres que terminaron abandonando su trabajo junto a él. Ahora, eso pasa a ser anécdota, claro, como también para mí pasa a serlo las razones por las que Ud afirma (USTED AFIRMA) que salió al mercado el famoso libro negro. El libro blanco tuvo también razones para salirle al cruce, y me parece de una tremenda ingenuidad el pensar que unos lo hacen por el gran Negocio y por razones pragmáticas y que los otros lo hacen por amor a la verdad.
Si la obra esta es, como Ud dice, el recopilatorio de las acusaciones que se le hicieron a Freud, yo no entiendo por qué eso en sí mismo la defenestre. Más bien quisiera escuchar la defensa a tales acusaciones.
El reproche, no por antiguo es menor reproche, no presciben ¿sabe?…y las problematizaciones tildadas de pobres me parecen desmerecedorasde los autores de las mismas. peca Ud. del rigor que denuncia, y uso sus propias palabras.
Pero bueno, Alicia: yo no discuto cuestiones de fe, y mucho menos con sacerdotes. Pero si no me parece lógico que la hostia se convierta en otra cosa, tengo derecho a decirlo y a dar las razones que crea que fundamentan mi opinión, sin que se me las tilde de reduccionistas. Vuelvo a decirle: Peca Usted del rigor que denuncia. Usted también. Y en todos los sentidos.
De nada.
05/12/2008 at 03:38
A quien llegue:
Los que son mis amigos ya lo saben. Los que antes me querían, lo sabían. Los que no me conocen, se enteran ahora: este blog goza de moderación de comentarios, y su autora sólo lo ejerce cuando ese comentario es agresivo. La agresividad de un comentario puede provenir del comentario en sí mismo (por contener expresiones de violencia moral, o claramente desagradables) o por la manera ARTERA en que el autor de ese comentario pretende llegar a la lectura de los otros. Cuando digo artera quiero decir indigna, mentirosa, engañosa, …esta manera es mentirosa y engañosa cuando quien escribe no es en realidad quien escribe, cuando los que recomiendan terapias y se hacen los profetas y patologizan aquello con lo que no coinciden, son cobardes escondidos tras un nombre inventado, y están llenos de películas que ellos mismos filman en sus maltrechas mentes…con su sola conducta (haciendo esto que digo) tiran abajo sus postulados y dicen que son «profesores eméritos» que «por eso tienen tiempo para dedicarse a escribir tan largas opioniones» ( cuando en la realidad de sus jodidas vidas afirman que no pueden terminar sus trabajos y que duermen poco) que sólo imaginan ser «profesorAs emeritas» en esas, como dije, maltrechas mentes. La violencia de estas personas entonces cobra una dimensión que me excede, que me ofende, a mí y a mís engañados lectores, y es entonces, y sólo entonces cuando el comentario en cuestión es filtrado.
Hay quienes se han obsesionado (y cuando digo obsesionado, quiero decir OBSESIONADO) con este post, y con los comentarios de este post, y con los autores de esos comentarios.
Es extraño, pero es así.
Y que son capaces de hacer cualquier cosa con tal de canalizar su obsesión malsana y anormal.
Gente que realmente necesita más de un psiquiatra. O que necesita cambiar el que tiene. Pero esta gente, que dedica su vida, su tiempo «emérito» a patologizar conductas ajenas, a buscar psiquiatras para los demás, es posible que lo haga justamente para «resistirse» (Freud dixit), para evadir el «hacerse cargo» de sí mismos.
A mí, en tal caso, todo eso me nefrega. Porque yo sí que no soy psiquiatra, ni ando usurpando títulos.
Pero este lugar es mío, y acá no los quiero.
Un beso para todos, y disculpen.